sábado, 1 de mayo de 2010




UNIVERSIDAD DE MANIZALES

MAESTRIA EN DESARROLLO SOSTENIBLE Y MEDIO AMBIENTE

DESARROLLO ECONOMICO SOSTENIBLE

Desarrollo Urbano Sostenible

PROFESORA: MELVA SALAZAR.


GERMAN ENRIQUE VARGAS


AÑO 2010





Índice

Resumen

Introducción

El Desarrollo Urbano en America Latina y el Caribe

Desarrollo Urbano Regional

Bases para un Desarrollo Urbano sostenible

Conclusión

Bibliografía



RESUMEN
En este documento tratamos de explicar el concepto de desarrollo urbano sostenible como un proceso de integración de lo social, lo económico y lo ambiental, en busca de generar propuestas que permitan alcanzar una calidad de vida y un equilibrio entre el hombre y la naturaleza, todo esto teniendo como referencia un modelo de desarrollo sostenible. Analizaremos la situación de América Latina y el Caribe, hasta llegar a un concepto local y regional. Evaluaremos cuales serian las bases para un Desarrollo Urbano sostenible.
Palabras claves:

Crecimiento poblacional, calidad de vida, Desarrollo sostenible, Desarrollo urbano, diversidad biológica, Población,



INTRODUCCIÓN

Son muchas las señales de alerta que avisan de la necesidad de una reconsideración de la cuestión ambiental. La actividad humana ya ha sobrepasado diversos umbrales en cuanto a la utilización de recursos naturales y generación de contaminantes y residuos. Las evidencias más comunes de haber llegado a los límites físicos: La excesiva apropiación humana de la biomasa; el aceleramiento del cambio climático; la expansión del agujero del ozono; la degradación de los suelos; y la pérdida de la biodiversidad.

A nivel internacional existe un amplio consenso a la hora de identificar cuáles son estos signos de insostenibilidad

El aumento demográfico y el consumo de los recursos
La pobreza, el acceso a los alimentos y el agua potable
El agotamiento de los recursos y la perdida de la biodiversidad
La contaminación ambiental
La aceleración del cambio climático global
La ampliación de la brecha de desarrollo entre el primer y tercer mundo y la deuda mundial

Se puede afirmar que los entornos urbanos e industriales compartes cierto grado de responsabilidad en estos desequilibrios globales, dado que se configuran como los centros de decisión y consumo a escala mundial, así como los principales nodos emisores de residuos y contaminación.


EL DESARROLLO URBANO EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Cinco Grandes males urbanos tenemos hoy que afrontar en América Latina y El Caribe:

Hipercrecimiento: La urbanización es esta región crece a tasas promedio del 3% al 4%.

Carencias de servicios : Estos inauditos aceleramientos, en particular los países más pobres, se realizan con gran déficit de infraestructura y saneamiento (entre el 50% y el 90% de población carece de los mismos) con las consecuencias ambientales imaginables.

Discontinuidad de gestión: Típica de los países subdesarrollados, donde a cada periodo electoral le suceden cambios e ineficacias.

Poca proyectualidad e inversiones: Factores que derivan de las anteriores, así como de la economía neoliberal (preocupada solo de la economía financiera y la atención de la deuda externa).

Inseguridad e insolidaridad: Fuertemente basado en el modelo económico político mencionado y que promueve como único modelo deseable el de la ciudad cerrada de una precaria seguridad interna (En un mar de inseguridad externa) construcción de una antisociedad insolidaria.

Por tales motivos se estima que los gobiernos locales pueden constituirse en instituciones eficientes para elaborar y materializar estrategias y programas tendientes a superar tal realidad; estas situaciones exigen respuestas rápidas de la administración local, el cual con una planificación urbana, produciendo los planes de desarrollo necesarios y superando las concepciones antiguas de planeamiento y considerando los nuevos paradigmas de desarrollo; puede constituirse en factor determinante para el desarrollo local.


DIAGNOSTICO

• Población y Urbanización.

América Latina y El Caribe es la región más urbanizada de todo el mundo en desarrollo. En el año 2000, el 74% de la población Latinoamericana y Caribeña era urbana, abarcando más de 390 millones de personas, mientras que la población rural alcanzaba a menos de 160 millones. El grado de urbanización de la región es similar al de la mayor parte de los países industrializados. Se estima que el porcentaje de la población radica en asentamientos urbanos se estabilizará en torno al 81%, en el año 2020 (Comisión Económica para América Latina y el Caribe – Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, 1999). El proceso de urbanización fue muy intenso en algunos países desde la década de 1990, mientras que en otros se ha dado a partir de los años setenta (Clichevski, 1990)

Las variaciones son considerables a nivel subregional, nacional y local, debidos a diferencias en las condiciones económicas, sociales, políticas y físicas. En un extremo se sitúan países de avanzada urbanización como Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela, cuya población urbana representa en el año 2000, 86%, 87%, 90%, y 93% respectivamente de la población total. En el otro localizamos países con una fuerte presencia rural, como los Centroamericanos, o Paraguay, en los que a población urbana representa menos del 60% de la población total. La subregión andina, por su parte muestra indicadores de urbanización muy similares a los del promedio de la región en su conjunto. Resulta sin embargo cuestionable la validez de la agregación y comparación de cifras regionales, subregionales o nacionales, debido a la diversidad de criterios censales adoptados por los países en relación con el umbral urbano-rural.

El proceso de urbanización ha sido particularmente dinámico en la región: en el periodo 1970-2000, la población urbana regional creció al 240%, mientras que el incremento correspondiente de la población rural representó apenas 6.5% de hecho la población rural regional parece haberse estancado en términos absolutos desde 1985. Esta circunstancia bastaría para rechazar las interpretaciones simplistas que buscan relacionar en forma directa y a escala local la presión demográfica con el deterioro ambiental.

Mientras la población rural Latinoamericana casi se ha estabilizado en términos absolutos, el deterioro de los ecosistemas en las zonas rurales de la región ha seguido avanzando, en función de mecanismos complejos que no pueden realizarse a una simple presión de números crecientes sobre recursos escasos.

América Latina y El Caribe han desarrollado en los últimos decenios una importante experiencia en materia de grandes concentraciones urbanas, áreas metropolitanas, conurbaciones y megalópolis. Aunque la población presenta solo 8.4% de la población mundial, en América Latina y El Caribe viven cerca del 15% de todos los seres humanos que residen en asentamientos de más de un millón de habitantes:
El modelo de desarrollo y la relación hombre - naturaleza
El modelo de desarrollo ha sido definido por Graciarena como “la modalidad concreta y dinámica adoptada por un sistema social en un ámbito definido y en un momento histórico determinado”[1]. Los modelos de desarrollo se relacionan con ideologías, y determinan el modo con que el hombre se relaciona con la naturaleza.
Esta relación es, antes que nada, una relación unitaria, que implica una interacción recíproca entre ambas entidades, que aisladas de su dialéctica carecen de sentido. No existe un medio ambiente natural independiente del hombre: la naturaleza sufre siempre su acción transformadora y a su vez lo afecta y determina en un proceso dialéctico de acciones e interacciones.
La historia del hombre ha sido la búsqueda constante de instrumentos y formas de establecer relaciones con la naturaleza y, a través de este proceso histórico, la ha ido utilizando y adaptando a sus necesidades. Dicha modificación permanente de la naturaleza afecta al mismo tiempo al hombre, originando cambios en sus condiciones de vida y en las relaciones con sus semejantes.
Entre los sistemas sociales y el medio natural existe un mediador: la tecnología. Cada vez en mayor medida el grupo social se sirve de este mediador para obtener los bienes que requiere la satisfacción de sus necesidades. Dichas necesidades cambian, dependiendo de las pautas culturales, de las estructuras económicas, de las características políticas del sistema social en cada momento histórico y del proceso de desarrollo.
El modelo de desarrollo dominante
Históricamente, el desarrollo ha sido analizado como sinónimo de progreso. Sin embargo, éste ha traído aparejadamente la crisis ambiental contemporánea, que se caracteriza por su amplitud planetaria y está ocurriendo bajo el paradigma de producción y consumo que ha gobernado a la humanidad.
Este modelo está basado en la equivalencia insostenible entre el desarrollo y el crecimiento económico ilimitado, y sostiene la visión de que el proceso de desarrollo se alcanzaría al conquistar y someter a la naturaleza salvaje al dominio del hombre.
La relación hombre - naturaleza es un elemento esencial para el desarrollo de toda sociedad y una condición indispensable para la supervivencia humana. En dependencia de cómo se establezca esta conexión, ya sea planificada o arbitraria, racional o irracional, consciente o espontánea, así será el futuro del medio natural en que vive el hombre y por consiguiente el de la humanidad.
En las últimas centurias, la naturaleza ha estado sometida al salvajismo de la cultura moderna, especialmente la del capitalismo, que acentúa el dominio de la razón instrumental como sinónimo de progreso, no sólo para obtener ganancias sino también para acumular riquezas, y que se ha basado siempre en la violencia humana sobre la naturaleza.
La relación del hombre con la naturaleza en los últimos siglos puede sintetizarse en los siguientes planteamientos, firmemente asentados en la cultura occidental:
· Los hombres estamos fuera de la naturaleza y no nos afectan sus leyes.

· El éxito de la humanidad se basa en el control y el dominio de la naturaleza.

· La Tierra tiene una ilimitada cantidad de recursos a disposición de los humanos.
Este paradigma de desarrollo y consumo que durante años ha enarbolado la ideología del capitalismo como sinónimo de bienestar y poder ha ocasionado un agravamiento de los problemas ambientales, hasta alcanzar, en sus diferentes dimensiones espaciales, niveles inusitados en la reducción de la calidad de vida de la población.
Esta crisis ambiental tiene sus orígenes en la acción antrópica y es, a fin de cuentas, resultado de las injustas relaciones establecidas con el medio natural. Los impactos negativos del hombre en la naturaleza que resultan más significativos han ocurrido en las últimas décadas, lo que demuestra que se están superando las posibilidades de restablecimiento.
Algunos justifican la inexistencia actual de una crisis ambiental, alegando que muchas de las catástrofes que ocurren pueden ser absorbidas por el planeta, y que la existencia de epidemias, y de grandes y devastadoras guerras actúan como herramientas de la evolución y atenúan el crecimiento de la población; criterio, este último, que no se comparte porque justificaría la permanencia de los grandes problemas sociales y es una barrera para la implementación del desarrollo sostenible.
En todo este proceso de deterioro tiene una gran incidencia el proceso de globalización erguido sobre los avances científicos – técnicos y las corrientes neoliberales en muchas áreas geográficas, las que promueven el libre mercado, el aumento de la productividad, de la producción y el consumo para el bienestar exclusivo de la minoría, a expensas del aumento de las presiones sobre el medio ambiente.
Hoy estos problemas se han multiplicado y, en muchos casos, regiones o países enteros sufren las consecuencias. De modo que los problemas ambientales pasaron de una escala de manifestación local a las escalas regionales y, principalmente, global. La desertificación, la deforestación, las lluvias ácidas y otras formas de deterioro ambiental como la pobreza, el analfabetismo, la insuficiente cooperación científica y financiera, la droga, la superpoblación, el terrorismo, etc., son, entre otros ya referidos, dimensiones de los problemas ambientales en sus diferentes escalas de manifestación espacial.
Para María Novo, titular de la cátedra UNESCO de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible[2], "[…] las respuestas dominantes del capitalismo a la crisis ambiental continúan estando basadas en un tratamiento instrumental". En este sentido el desarrollo sostenible requiere el desarrollo de tecnologías que no sean agresivas al medio ambiente, así como un nuevo patrón de consumo que reemplace al consumo irresponsable que prevalece actualmente.
El consumo desmedido de bienes y servicios en la sociedad contemporánea impacta seriamente en los recursos naturales y el equilibrio ecológico. Al respecto se refirió Fidel Castro[3] en la cumbre de Río, señalando que "[…] las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente".
El consumo, como emblema del capitalismo, ha alcanzado niveles tan elevados en algunos países que “se necesitarían diez planetas como éste para que los países pobres pudieran consumir tanto como consumen los países ricos” (Informe Bruntland).
Un modelo de desarrollo alternativo: El desarrollo sostenible
Los problemas ambientales tienen una gran relación con los modelos de desarrollo que se aplican, y en cómo se define la relación del hombre con la naturaleza, y del hombre con la sociedad.
Ante el modelo de desarrollo dominante, ha nacido una propuesta alternativa de acción que se basa en un nuevo concepto denominado "desarrollo sostenible", y que promueve la armonía entre los seres humanos y entre la sociedad y la naturaleza.
El término desarrollo sostenible fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland[4] (1987), resultado de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas.
Podríamos decir que el desarrollo sostenible es el proceso de elevación sostenida y equitativa de la calidad de vida de las personas, mediante el cual se procura el crecimiento económico y el mejoramiento social, en una combinación armónica con la protección del medio ambiente, de modo que satisfagan las necesidades de las actuales generaciones, sin poner en riesgo las de futuras generaciones.

Según este planteamiento, el desarrollo sostenible tiene que conseguir a la vez:

· Satisfacer las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes necesarios a toda la población mundial. En este aspecto, la Comisión Brundtland se refirió especialmente a "las necesidades básicas de los pobres del mundo, a los que se debe dar una atención prioritaria".

· Satisfacer las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económica, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables para las próximas generaciones. Cuando nuestra actuación supone costos futuros inevitables, se deben buscar formas de compensar totalmente el efecto negativo que se está produciendo. Un ejemplo sería la explotación de recursos minerales (no renovables), la cual debería estar acompañada, paralelamente, por una importante actividad de investigación que tenga como objetivo el desarrollo de nuevas tecnologías o nuevos materiales que puedan sustituir el recurso gastado.
El desarrollo sostenible no se centra exclusivamente en las cuestiones ambientales. En términos más generales, las políticas de desarrollo sostenible afectan a tres áreas: económica, ambiental y social.
En apoyo a esto, varios textos de las Naciones Unidas, incluyendo el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005, se refieren a los tres componentes del desarrollo sostenible, que son el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, como "pilares interdependientes que se refuerzan mutuamente".
Las características que predominan en un desarrollo sostenible son:
· Busca la manera de que la actividad económica mantenga o mejore el sistema ambiental.

· Asegura que la actividad económica mejore la calidad de vida de todos, no sólo de unos pocos selectos.

· Usa los recursos eficientemente.

· Promueve el máximo de reciclaje y reutilización.

· Pone su confianza en el desarrollo e implantación de tecnologías limpias.

· Restaura los ecosistemas dañados.

· Promueve la autosuficiencia regional.

· Reconoce la importancia de la naturaleza para el bienestar humano.
La justificación del desarrollo sostenible proviene tanto del hecho de tener recursos naturales limitados (nutrientes en el suelo, agua potable, minerales, etc.), susceptibles de agotarse, como del hecho de que una creciente actividad económica sin más criterio que el económico produce, tanto a escala local como planetaria, graves problemas medioambientales que pueden llegar a ser irreversibles.
El economista ecológico Herman Daly[5] estableció ciertas condiciones para que un desarrollo pueda considerarse como desarrollo sostenible, a saber:
1. Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.

2. Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente.

3. Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
En la actualidad el mayor imperativo consiste en integrar factores económicos, sociales y ambientales para conservar el medio ambiente en las condiciones que posibiliten la existencia de la especie humana, mediante la evaluación del impacto ambiental, que posibilite llegar a un grado de conciencia tal que permita valorar las implicaciones de cada acto de consumo sobre el medio ambiente.[6]

DESARROLLO URBANO REGIONAL

Nuestra comunidad tiene como objetivo brindar a la sociedad un espacio de información acerca de las temáticas conceptuales del Desarrollo Urbano Sostenible, a través de un proceso dinámico que involucra noticias, foros, chats y demás eventos en donde cada persona pueda analizar y discutir acerca de las interrelaciones entre hombre - naturaleza. Además de abarcar los componentes sociales, económicos y ambientales que influyen en el alcance del desarrollo sostenible.[7]
De este modo abarcar una mejor concepción del desarrollo urbano y más aún cuando se plantea la idea de la sostenibilidad.
Tiene como finalidad buscar el desarrollo de los sectores de menores recursos, a través de programas y proyectos orientados al mejoramiento de sus condiciones de vida"
El Desarrollo Urbano Sostenible debe tener como misión fomentar, mediante una planeación democrática y de calidad, el crecimiento equilibrado, sustentable y equitativo de los Municipios. Esto mediante un trabajo integrado, armónico y confiable por y para nuestro territorio. Esto debe ser el principio que de impulso al Plan Municipal de Desarrollo implementado por el Gobierno Municipal para dar frutos a los esfuerzos que día a día realizan las mujeres y hombres en favor de su progreso y bienestar.
Crear un gobierno participativo y solidario. Porque sus responsabilidades y funciones sólo se justifican en la medida en que se satisfagan con eficiencia las necesidades de las personas.
Ofrecer servicios públicos de calidad. Otorgar servicios y obras de calidad, equitativos, viables, es un deber de justicia: la ciudadanía paga sus impuestos para recibirlos y de ellos depende en mucho su nivel de salud, seguridad y bienestar
Promover el desarrollo equitativo y sustentable. El acelerado proceso de urbanización supone encontrar soluciones reales y duraderas a diversos problemas sociales y ambientales. Aquí la tarea consiste en armonizar una gran diversidad de elementos y promover un desarrollo integral, es decir, un desarrollo en donde el crecimiento y la viabilidad social no se contrapongan.
Crear un gobierno eficaz y menos costoso. Ello significa responder a los intereses de la colectividad con una nueva cultura de responsabilidad y de servicio. De asumir el gobierno el compromiso de impulsar una administración eficiente y transparente en el uso de los recursos públicos
Cualquier tipo de acción dirigida a mantener o mejorar la calidad de vida en nuestro territorio es pues una responsabilidad compartida entre sociedad y gobierno. Es por eso que la planeación urbana participativa es un proceso de interacción entre sociedad y gobierno dirigido a establecer las líneas de acción a seguir sobre una problemática especifica en nuestro territorio, en donde ambas partes tienen que actuar buscando la identificación de problemas, las bases de la concertación de intereses, el diseño general de las propuestas y las formas de ponerlas en práctica, teniendo siempre como referente la viabilidad financiera de las propuestas, la disponibilidad de recursos, el marco jurídico vigente y las políticas públicas de desarrollo.


BASES PARA EL DESARROLLO URBANO SOSTENIBLE
La ciudad actual está basada en un sistema desequilibrado que depende del uso del coche y de las infraestructuras para el automóvil que se han creado durante años. Esta forma de ciudad es un sistema lineal en términos de flujos de energía y nutrientes; se apoya continuamente de zonas rurales para mantenerse y a cambio devuelve contaminación y residuos.[8]
Pero podemos cambiar esto. Podemos aprender de los ecociclos de la naturaleza la conexión entre ecología y economía, para descubrir cómo lograr interacciones entre el desarrollo rural y urbano sostenible. La energía utilizada en nuestras ciudades debe estar condicionada por el crecimiento y el metabolismo de los sistemas biológicos. Mirándolo así, la actual ciudad industrializada es un trágico paréntesis en la historia de la humanidad. A través de la demanda de recursos, el crecimiento económico está basado únicamente en el incremento del producto interior bruto. Los intereses creados para dar dinero para continuar con la extracción de petróleo se ha convertido en una nueva esclavitud en todo el mundo.
Si se quiere cambiar esto, se podrían hacer muchas cosas como las que a continuación se sugieren:
limitar el crecimiento de la población;
incorporar la producción industrial a la idea de las limitaciones naturales;
incrementar la autosuficiencia con la producción local de alimentos;
utilizar energías renovables;
depuración de grandes cantidades de agua en los ecociclos locales;
limitar el uso de los recursos no renovables;
invertir en la reutilización de bienes y materiales.
En Suecia, se han iniciado algunas de estas iniciativas. El primer parágrafo de la ley sueca sobre recursos naturales dice: "Desde un punto de vista de economía ecológica, social y pública, la tierra, el agua y el medioambiente físico en su totalidad, deberán ser usados como bienes económicos a largo plazo". A partir de ahí se ha definido el término "eco-village" que describe a un número de 35 comunidades desarrolladas en Suecia donde los ciudadanos trabajan activamente junto a arquitectos y planificadores para diseñar y tomar responsabilidades sobre su propia vivienda, desde un punto de vista ecológico. Va más allá de un simple lugar para vivir; la producción común de bienes y servicios está incluido en el diseño.
El modelo que he usado para el diseño de eco-village es el del pueblo tradicional de granjeros, con unas relaciones humanas muy estrechas y la idea fundamental de mantener el equilibrio entre población y naturaleza. Así pues, integro soluciones técnicas incluidas dentro de lo ecológico, así como energía solar pasiva y sistemas de abastecimiento local. También es importante la incorporación de la gobernabilidad local y de los sistemas de gestión.
Eco-village o ecoaldeas son asentamientos que viven buscando y creando modelos que integren el equilibrio entre lo ecológico, lo social, lo cultural, lo económico, lo tecnológico, lo político, lo espiritual...[9]
Conclusión
Como conclusión, podemos decir que, dada la gravedad de la situación actual, donde corre peligro la supervivencia de la especie humana así como de gran cantidad de especies biológicas, es imprescindible establecer una relación armónica con la naturaleza. Para esto es necesario un cambio de mentalidad. Debemos abandonar el enfoque tradicional, en el que el hombre era mero dominador de la naturaleza, para pasar a una visión más amplia e integradora, donde el hombre se conciba a sí mismo como parte integrante de ella.
Bibliografía consultada


· Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo. [12/06/1992]. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1992/esp/f120692e.html

· Chateauneuf, Rolando. Estilos de desarrollo. Macroeconomía. Facultad de Ciencias Forestales. Universidad Nacional de Chile. [2005]. Disponible en: http://146.83.41.79/macroeconomia/pdfs/100ESTab5.pdf

· Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Informe Brundtland. [1987].

· Wikipedia. Desarrollo sostenible. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_sostenible









[1] Graciarena (2006), el concepto de estilos de desarrollo: una mirada desde el siglo veintiuno. Disponible: www.itescham.com/Syllabus/Doctos/r428.DOC
[2] Novo, María. La Educación Ambiental: bases éticas, conceptuales y metodológicas. [1995].

[3] Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo. [12/06/1992]. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1992/esp/f120692e.html

[4] Desarrollo Sostenible (Septiembre, 2006) Informe Brundtland. Disponible: http://desarrollosostenible.wordpress.com/2006/09/27/informe-brundtland/
[5] Daly, Herman. Criterios operativos para el desarrollo sostenible. Disponible en: http://www.eumed.net/cursecon/textos/Daly-criterios.htm.

[6] Vallespir, J. (2006, Enero). El Desarrollo Urbano Sostenible en America Latina y el Caribe. Revista Vox localis. [On Line], 36. Disponible en: http://www.voxlocalis.net/revistas/num25/doc/sostenible.pdf
[7]Red de Desarrollo Sostenible de Colombia, (2001). Desarrollo Urbano Regional y Medio Ambiente. Disponible: http://www.rds.org.co/urbano/
[8] Instituto Juan Herrera (Enero, 1996) Ecociclos la base del desarrollo Urbano Sostenible. Disponible: http://habitat.aq.upm.es/boletin/n9/aanyq.html
[9] Red Iberica de Ecoaldeas (Abril, 2010) Disponible: http://www.ecoaldeas.org/